Es un arte sutil que desarrolla una capacidad propia del ser humano de percibir las vibraciones de la naturaleza en todos sus planos, para codificarlas en una forma de síntesis que brinda una respuesta a una pregunta determinada.
Puede ser aplicada exitosamente a innumerables planos del conocimiento y la vida diaria.
La radiestesia existió siempre, desde el mismo momento que apareció el ser humano en la tierra.
Hoy en día los que nos dedicamos a la radiestesia, usamos distintos métodos y/o herramientas, para hacer todo tipo de detecciones, ya sea en presencia o a distancia, utilizando nuestra mente. Por lo tanto cuando pienso y me conecto con un valor energético determinado va a ser eso lo que voy a poder detectar.
Los instrumentos utilizados son, péndulos, varillas, aurameters, etc. Son extensiones de nuestro brazo, que nos permiten obtener la respuesta radiestésica que nos da nuestra mente a través de ellos.

Se pueden detectar:

Las energías de objetos, lugares y personas.
Objetos, personas o animales que hayamos perdido.
Si un objeto armoniza o desarmoniza un ambiente.
Las ondas geobiológicas que afectan a los lugares y a las personas que los habitan.
Chequear y armonizar los chacras de una persona.

 

La respuesta es NO. Un buen radiestesista sabe que hay cuestiones en las que la influencia personal directa o indirecta hacen poco confiable cualquier repuesta. En la radiestesia espiritual existen preguntas que nunca deben formularse, ya que la radiestesia en este caso es una vía más del conocimiento, no una forma de obtener poder por el poder mismo.

 

Obviamente no. El radiestesista produce microvibraciones en su cuerpo que se transmiten a una herramienta conocida históricamente como péndulo. La oración como vía de comunicación con Dios antes de formular una pregunta, es primordial.