Sanacion del aura
Sanación del aura
El aura es el campo de energía que se irradia alrededor del cuerpo.
Está creado por la producción de energía de los chakras; cada uno de ellos contribuye a la sanación y el mantenimiento del campo aúrico.
Cuando los chakras están mínimamente abiertos y/o dañados, el aura puede mostrarse gris y débil.
Por lo tanto, si gozas de buena salud y estás razonablemente abierto a tus emociones, tendrás unos chakras más activos y abiertos y un aura más fuerte, vibrante y resistente.
Si tienes el aura contraída, se extenderá a sólo una distancia de 35 cm de tu cuerpo.
Si tienes un aura demasiado extendida, puede expandirse en un radio de unos 17 a 600 metros.
Ninguno de estos tipos de aura es el ideal.
Un aura contraída tiende a hacer sentir tensa a la persona, con miedo, separada.
Este tipo de sentimientos también puede ser la causa de este tipo de aura.
Un aura extendida en exceso puede desembocar en escapismo, dispersión y tendencia a absorver aquellos pensamientos, emociones y dolor ajenos que se encuentran en el área que cubre.
Un aura demasiado extendida puede ser también el resultado de los mismos sentimientos y situaciones que tiende a causar. En otras palabras, la causa de un aura poco sana tiende a regenerar las mismas condiciones que la han causado.
El objetivo es conseguir un aura ovoide y distribuída uniformemente encima, debajo, detrás, delante y a los lados del cuerpo.
Con la práctica he llegado a la conclusión de que el radio del aura más manejable mide de 60 a 90 cm en cada dirección, sobre todo en público.
Cuando estoy en un entorno natural, permito conscientemente que mi aura se expanda incluyendo bosques, lagos y arroyos a mi alrededor.
Así se intensifica mi sentimiento de conexión con Dios.
Sin embargo, cuando paso de la naturaleza a la ciudad o a otras zonas pobladas, siempre vuelvo a retraer el aura a unos 60 o 90 cm a mi alrededor.
Está creado por la producción de energía de los chakras; cada uno de ellos contribuye a la sanación y el mantenimiento del campo aúrico.
Cuando los chakras están mínimamente abiertos y/o dañados, el aura puede mostrarse gris y débil.
Por lo tanto, si gozas de buena salud y estás razonablemente abierto a tus emociones, tendrás unos chakras más activos y abiertos y un aura más fuerte, vibrante y resistente.
Si tienes el aura contraída, se extenderá a sólo una distancia de 35 cm de tu cuerpo.
Si tienes un aura demasiado extendida, puede expandirse en un radio de unos 17 a 600 metros.
Ninguno de estos tipos de aura es el ideal.
Un aura contraída tiende a hacer sentir tensa a la persona, con miedo, separada.
Este tipo de sentimientos también puede ser la causa de este tipo de aura.
Un aura extendida en exceso puede desembocar en escapismo, dispersión y tendencia a absorver aquellos pensamientos, emociones y dolor ajenos que se encuentran en el área que cubre.
Un aura demasiado extendida puede ser también el resultado de los mismos sentimientos y situaciones que tiende a causar. En otras palabras, la causa de un aura poco sana tiende a regenerar las mismas condiciones que la han causado.
El objetivo es conseguir un aura ovoide y distribuída uniformemente encima, debajo, detrás, delante y a los lados del cuerpo.
Con la práctica he llegado a la conclusión de que el radio del aura más manejable mide de 60 a 90 cm en cada dirección, sobre todo en público.
Cuando estoy en un entorno natural, permito conscientemente que mi aura se expanda incluyendo bosques, lagos y arroyos a mi alrededor.
Así se intensifica mi sentimiento de conexión con Dios.
Sin embargo, cuando paso de la naturaleza a la ciudad o a otras zonas pobladas, siempre vuelvo a retraer el aura a unos 60 o 90 cm a mi alrededor.
El procedimiento para despejar y sanar el aura:
1.- Con los ojos cerrados siente el área alrededor del cuerpo.
Para empezar haz que la respiración llegue hasta unos 35 cm de tu campo aúrico.
2.- Mediante la respiración y la visualización (escuchando un mensaje, usando la intuición) observa hasta dónde se extiende el aura en dirección frontal.
3.- Observa el ancho de tu aura a ambos lados.
4.- Ahora mira y siente el aura sobre tu cabeza y bajo de los pies. Compara las dos áreas.
5.- Utiliza la respiración, los sentimientos, la visión y cualquier otra forma que te sea natural para identificar el espacio que abarca el aura por detrás. ¿Cómo está en relación con la parte frontal?
6.- Ahora que ya conoces algo más sobre la naturaleza del aura ajústala para que rellene exactamente un radio de unos 60 a 90 cm en forma de huevo.
Utiliza la respiración, la visión y una intención despejada.
Al principio pueden resultarte útiles las manos para abarcar físicamente el espacio alrededor del cuerpo y tirar o empujar el aura cuanto desees.
Para la mayoría, ajustar el aura significa retraerla y definir los contornos.
7.- Observa cualquier cambio en los sentimientos, sensaciones física y conciencia que traiga el ajuste del campo energético a tu alrededor.